El libro
autobiográfico del ex presidente de Colombia. En este escrito, el político
antioqueño narra su vida, describe su carrera pública, también cuenta sus
aspiraciones, sus desilusiones, y lo más importante, da su propia versión de lo
que fueron los ochos años en los que ocupó la primera magistratura de la
Nación.
Uribe Vélez es un
personaje controvertido, amado por unos y odiado por otros. Desde joven destacó
por su inclinación hacia la vida pública. Ocupó importantes cargos en el Estado
antes de llegar a la presidencia de la República, y hoy está considerado como
uno de los líderes más sobresalientes del panorama político colombiano.
El ex presidente es
totalmente coherente durante todo el libro, y así ha sido su vida. Se crió
entre la ciudad y el campo. Hijo de una familia acomodada del departamento de
Antioquia, aunque como él mismo lo describe, su padre le enseñó desde pequeño a
trabajar con tesón y perseverancia. De su madre heredó el interés por la
política, y su temperamento es una combinación de la cultura paisa, y de las
situaciones que tuvo que afrontar desde la infancia.
El libro está bien
escrito, no es una extensa biografía que se detiene en pequeños detalles o
chismes. Es una descripción muy sucinta de lo que ha influenciado a Álvaro
Uribe Vélez, y en consecuencia, de lo que piensa sobre los problemas de
Colombia.
Durante ocho años él
ejerció la presidencia de la República. En este período afrontó el problema de
la violencia con una lógica muy clara en su pensamiento. Para Uribe, la guerrilla
–FARC y ELN- se ha convertido en un fenómeno criminal más asociado al
narcotráfico que al debate político. Por lo tanto, su posición es de mano
fuerte con estos grupos, así como con los denominados paramilitares y con los
carteles de la droga. Es indiscutible que durante su presidencia la guerrilla
se vio seriamente afectada y disminuida, los triunfos de las Fuerza Armadas de
Colombia fueron contundentes y hoy en día las FARC y el ELN no tienen la fuerza
que exhibían hace unos años.
La muerte de su padre,
las amenazas contra su vida, su paso por la gobernación de Antioquia, y la
llegada al solio de Bolívar, son algunos de los puntos más relevantes de la
publicación. Sin embargo, el libro comienza con la descripción del secuestro y
muerte de Guillermo Gaviria Correa y Gilberto Echeverri Mejía. Sin lugar a
dudas, este hecho marcó la psiquis del ex presidente, y por lo tanto, determinó
su posición en contra de los grupos armados ilegales de Colombia durante el
período presidencial.
El “Triángulo de la
Confianza”, así denomina Uribe la política que aplicó durante su mandato.
“Seguridad democrática”, “Confianza inversionista”, y “Cohesión social”; estos
son los puntos más importantes de esa política. Según Uribe, uno de los
problemas más graves de Colombia durante su historia ha sido el de la ausencia
del Estado en gran parte del territorio nacional. Esta ausencia llevó a que
grupos armados se tomaran el poder en esas regiones ocasionando violencia y
pobreza. Por lo tanto, para el ex presidente está claro que una de las
soluciones a los problemas del país es la aplicación de la Ley en todos esos
sitios donde no ha existido presencia gubernamental.
En el período
2002-2010, se fortalecieron las Fuerzas Armadas, se aumentó el pie de fuerza, y
se dotó a los soldados y policías de nuevas herramientas logísticas y
tecnológicas para actuar en contra de los grupos criminales. Sin embargo, la
capacidad económica para llevar a cabo estas transformaciones no era muy
grande. El Gobierno tuvo que implantar –ayudado por el Congreso- nuevos
tributos a la clase pudiente de Colombia.
La decisión del
pueblo colombiano en 2002 fue unánime. El proceso de paz con las FARC había
acabado de manera estrepitosa, Andrés Pastrana terminó con la denominada “zona
de despeje” de El Caguán, y una nueva desilusión se apoderó de la Nación. Uribe
Vélez era la opción más adecuada a los deseos del electorado. Colombia estaba
defraudada con las FARC, la mayoría de los ciudadanos había confiado en ese
proceso de paz. Sin embargo, las FARC desaprovecharon esa oportunidad de oro, y
terminaron indirectamente guiando a la opinión pública hacia una solución de
fuerza.
Uribe Vélez dice que
él no es un guerrerista, que cree en la democracia y en el Estado de Derecho.
Es por esto que el “Triángulo de la Confianza” tiene como base la política de “Seguridad
Democrática”, pero se complementa o nutre con la “Confianza Inversionista” y la
“Cohesión Social”. El ex presidente logró que el capital extranjero volviera a
Colombia, logró que la comunidad internacional viera al país con nuevos ojos, y
adoptó medidas de ayuda social que algunos catalogaron de populistas, pero que
en gran medida estaban dirigidas a solucionar la grave crisis de pobreza que ha
afectado a nuestra Patria.
Después de leer “No
hay causa perdida”, uno entiende mejor el pensamiento y el comportamiento de
Álvaro Uribe Vélez. Su obsesión por los temas de seguridad, su compromiso con
lo público, y su exótica y atrayente personalidad. Tuve el privilegio y el
honor de conocer personalmente al ex presidente Uribe en una conferencia de la
cual él y yo hicimos parte como oradores. Mi visión personal del ex presidente
cambió radicalmente ese día, de manera positiva. Ese día entendí por qué tanta
gente lo quiere y admira, y después de leer su libro comprendí aún más su
pensamiento político y sus actuaciones.
Los críticos de Uribe
deberían leer este texto, para que se pusieran por un instante en sus zapatos,
por lo menos mentalmente. No creo que el milagro de la conversión los afecte,
pero sí creo que podrán tener una comprensión más amplia y menos fanática de la
vida y pensamiento de un presidente que pasará a la historia de Colombia como
un gran líder.
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